Ritmos nocturnos, días saludables: La importancia de la higiene del sueño

Por: PLNCA. Fátima del Rosario Enríquez Hernández
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica que impacta directamente en nuestra salud física y mental. Es importante entender que el sueño no solo restaura nuestra energía, sino que también desempeña un papel clave en la regulación de funciones vitales que aseguran nuestro bienestar. Sin embargo, en la era moderna, donde las agendas ocupadas dominan nuestra rutina y la exposición a la luz azul presente en los dispositivos móviles y televisiones antes de dormir puede reducir la producción de melatonina en un 85%, retrasando así el inicio del sueño hasta por 90 minutos más, por lo que la higiene del sueño no debe subestimarse.
Durante el sueño, el cuerpo activa procesos de reparación y mantenimiento. Es en este momento cuando los tejidos se regeneran, el sistema inmunológico se refuerza y se consolidan los recuerdos y aprendizajes adquiridos durante el día. Una noche de descanso reparador también equilibra las hormonas responsables del apetito y el metabolismo, ayudando a prevenir problemas como la obesidad y la diabetes. Dormir menos de 6 horas por noche aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 en un 30%. Además, dormir bien protege la salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de hipertensión, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares reduciéndolo en un 48%. También influye en la salud muscular y ósea, ya que durante las fases profundas del sueño se libera la hormona del crecimiento, esencial para la reparación y el desarrollo del tejido muscular y óseo.
En el ámbito mental, el sueño es esencial para mantener una buena salud emocional. Un descanso adecuado mejora la capacidad de concentración, la toma de decisiones y la creatividad, mientras que la falta de sueño puede llevar a irritabilidad, dificultad para manejar el estrés y un mayor riesgo de trastornos como la ansiedad y la depresión. Dormir bien también potencia nuestra resiliencia emocional, ayudándonos a enfrentar los desafíos del día a día con mayor claridad y equilibrio.
La clave para un sueño adecuado radica en la higiene del sueño, siendo este un conjunto de hábitos que fomentan un descanso de calidad, como:
- Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse
- Crear un ambiente de descanso cómodo y tranquilo
- Consumir alimentos como el plátano, las nueces, los tomates y las cerezas ya que ayudan a conciliar el sueño y mejorar la calidad de este
- Los estimulantes como la cafeína y bebidas energizantes consumidos antes de dormir retrasan el inicio del sueño
- Hacer uso de herramientas limitantes de la luz azul presentes en los dispositivos móviles
- Establecer una rutina relajante puede marcar la diferencia entre una noche de insomnio y un descanso adecuado.
Como conclusión, mantener una higiene de sueño no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también es una inversión en nuestra salud a largo plazo. Priorizar el sueño es una decisión consciente que puede prevenir enfermedades, optimizar el rendimiento diario y fortalecer tanto el cuerpo como la mente. Recordemos que dormir bien no es un lujo, sino un pilar fundamental de nuestro bienestar integral.
Referencias
- Walker, M. P. (2023). Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams. Scribner.
- National Sleep Foundation. (n.d.). “Sleep and Your Health.” Retrieved from https://www.sleepfoundation.org
- Harvard Medical School. (2019). “The importance of sleep for your health.” Retrieved from https://www.health.harvard.edu
- World Health Organization (WHO). (2022). “Sleep and Health.” Retrieved from https://www.who.int
EN ESTE NÚMERO

-
3 febrero
Descanso obligatorio
-
4 febrero
Solicitud de exámenes a título o extraordinario
-
17 - 21 de febrero
Periodo de evaluación
-
24 febrero
Fecha límite de captura de calificaciones parciales y faltas
-
25 febrero
Publicación de calificaciones parciales y faltas